En medio de ese camino donde se va haciendo más “fuerte”, le acompaña el Zumbayllu, (el trompo), un vehículo mágico que lo conecta con su ser y el juego. Fuera de la escuela, es participe también de lo que pasa en el pueblo: “Las chicheras” o “Doña Felipa”, que alzan su reclamo por la sal, que quiere ser controlada por los hacendados. Ella nos muestra la situación del indígena y su desigualdad frente a los hacendados y la iglesia.